Siempre he tenido envidia de los que nada más meterse en el saco y recostarse, empiezan a dormir como lirones. En mi caso, doy vueltas y vueltas hasta que encuentro una posición cómoda y, a lo largo de la noche, sigo dando vueltas. El resultado: acabo con el saco retorcido alrededor de mi cuerpo hasta que tengo que salir de él y recolocarlo (en invierno esta operación es bastante dura).
El caso es que al diseñador del artefacto de la foto - el chileno Rodrigo Alonso - debía pasarle lo mismo y decidió ponerle remedio.
A primera vista, podría parecernos uno de los monos de pluma que estamos acostumbrados a ver en las expediciones a los ochomiles, pero no. Aunque sí es un mono integral en el sentido estricto de la palabra, el uso fundamental es el poder dormir y moverse una vez acostados con total libertad o poder levantarse o comer sin tener que salir del saco. Como se puede apreciar en la fotografía, dispone de cremalleras para aumentar la movilidad y la ventilación. Las mangas se pueden cerrar completamente a la altura de los puños para incrementar el aislamiento. Las perneras disponen, a su vez, de botines integrados que permiten que se reduzca la pérdida de calor por la zona de los pies.
Hay tres versiones, dos de fibra y una de pluma. El material de relleno sintético es fibra hueca (próximamente incluirán Primaloft) y la pluma es de pato 90/10 (650 fill down). Para los dos casos, la temperatura de confort es de unos 9º, lo que hace recomendable su uso en condiciones suaves. El peso está va de 1500 g (pluma) a los 1700 g (sintético) en talla mediana.
El fabricante de este invento es Lippi. En el siguiente vídeo podeis ver el saco en acción.
El caso es que al diseñador del artefacto de la foto - el chileno Rodrigo Alonso - debía pasarle lo mismo y decidió ponerle remedio.
A primera vista, podría parecernos uno de los monos de pluma que estamos acostumbrados a ver en las expediciones a los ochomiles, pero no. Aunque sí es un mono integral en el sentido estricto de la palabra, el uso fundamental es el poder dormir y moverse una vez acostados con total libertad o poder levantarse o comer sin tener que salir del saco. Como se puede apreciar en la fotografía, dispone de cremalleras para aumentar la movilidad y la ventilación. Las mangas se pueden cerrar completamente a la altura de los puños para incrementar el aislamiento. Las perneras disponen, a su vez, de botines integrados que permiten que se reduzca la pérdida de calor por la zona de los pies.
Hay tres versiones, dos de fibra y una de pluma. El material de relleno sintético es fibra hueca (próximamente incluirán Primaloft) y la pluma es de pato 90/10 (650 fill down). Para los dos casos, la temperatura de confort es de unos 9º, lo que hace recomendable su uso en condiciones suaves. El peso está va de 1500 g (pluma) a los 1700 g (sintético) en talla mediana.
El fabricante de este invento es Lippi. En el siguiente vídeo podeis ver el saco en acción.
